miércoles, 27 de marzo de 2019

El método Pre mortem | Control del optimismo desmedido


En ocasiones una buena idea, sugerida en un buen momento y en una buena compañía es la mejor fórmula para... equivocarse! No te ha pasado que, en una especie de borrachera de pasión y ganas, habéis ido creando un plan (sea para emprender un negocio, una actividad o una simple excursión) que parecía sólido y enriquecedor, sin fisuras, posteriormente ha sido un fracaso absoluto? A nosotros sí. También a la mayoría de gente que conocemos. Incluso ha grandes ideas que hemos acometido personalmente o en el aula.

El optimismo es una llave que nos acerca a la felicidad. Puede que sea una de las herramientas más poderosas que tenemos como humanos pero, si carece de control y medida, es una condena a la decepción y al fracaso. Cuando, de forma individual o en grupo, el nivel de confianza es muy alto puede llevar a afrontar caminos para los que no estamos preparados. Probablemente un optimista aclarase que "aún fracasando en esa tarea en particular será un éxito el haberlo intentado y el aprendizaje que eso generará en nosotros" y, probablemente vuelva a llevar razón pero, ¿merece la pena fracasar por no mantener la cordura?, ¿es el optimismo suficiente como para no calibrar expectativas?, ¿el exceso de confianza no es tan cuestionable como la falta de ella? 

Son muchos los psicólogos que, a lo largo de la historia, han planteado estas y otras cuestiones pero hoy queríamos centrarnos en Gary Klein quien buscaba la manera de domar al optimismo. Éste eminente psicólogo estadounidense afirmaba que es un mucho más sencillo controlar el exceso de optimismo en un grupo que en un solo individuo y planteo un método que, a nosotros nos encanta y solemos utilizar: el método pre mortem.

EL MÉTODO PRE MORTEM DE CONTROL DEL OPTIMISMO DESMEDIDO
  • Quien puede utilizarlo. Si bien es válido para uso individual, como decíamos, el propio Klein lo recomienda para su uso grupal. Es útil en empresas, organizaciones, claustros de profesores, cooperativas, etc.
  • Cuándo. Una vez que tengamos definido el plan pero siempre antes de comenzar a ejecutarlo.
  • Qué dice el método pre mortem. Un grupo de expertos en el plan preconcebido, quizá los más implicados, se reunirán y partirán de la siguiente premisa:
Imaginemos que ha pasado un año desde la puesta en marcha de la idea que nos ocupa. Pusimos el plan en marcha de la forma exacta en que hasta ahora lo teníamos definido. Lamentablemente, el resultado del plan ha sido un absoluto desastre. Escribe durante 10 minutos en un folio la historia de que es lo que ha ocurrido para tal fracaso.
Una vez escrito, cada uno compartirá su visión del origen del desastre y se debatirá sobre ello.

  • ¿Por qué es tan recomendable recurrir a este método? Porque consigue dos cosas. La primera es desmontar el pensamiento grupal que, en muchas ocasiones nos lleva al optimismo desmedido. Es común que, en un grupo, ante una buena idea el resto de personas comienza a retroalimentarla y nos dejemos llevar por un sentimiento de euforia casi irracional que nos impide ver los inconvenientes del plan. Si una persona no lo ve claro y plantea alguna contra es probable que sea visto como aguafiestas o desleal al grupo, lo que redunda en la magnificación de la idea. El segundo motivo es que es un método tremendamente constructivo y reflexivo que a buen seguro paralizará los proyectos que carezcan del suficiente empaque y mejorará los que si lo tengan.


El método pre mortem obliga a la reflexión medida y racional, legitima las dudas y construye cimientos más sólidos ante cualquier proyecto. Actúa de autoauditoría.



*Puedes encontrar más sobre el método pre mortem en Pensar rápido, pensar despacio de Daniel Kahneman. 

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