Mostrando entradas con la etiqueta Qué hago. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Qué hago. Mostrar todas las entradas

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Control inmediato del estrés | 10 trucos antiestrés

No siempre es posible controlar el estrés. A veces, lo hemos hecho mal y, en otras ocasiones, simplemente, no todo estaba en nuestras manos. Una rabieta de mi hijo tamaño chucky, mi jefe fuera de sí o un cúmulo de situaciones que me están superando.
Llegados a ese punto no sirve de mucho plantearse cambios radicales en la vida. Ni tomar decisiones vitales. Es momento de controlar ese estrés, relajarse y, una vez conseguido, ya pensaremos hacia dónde o cómo queremos avanzar. Nos servirán para controlar emociones puntuales que nos dominan (como la ira, la pena o la tristeza), conseguir tranquilizarnos y, porque no, para conocernos mejor.
Por eso, os proponemos una serie de trucos que utilizamos nosotros para controlar el estrés, de forma puntual e inmediata. Los pasos son:
  1. Detecto el estrés.
  2. Descubro su origen.
  3. Descubre dónde lo sientes.
  4. Elijo un plan antiestrés.
  5. Lo pongo en marcha hasta que me sienta más tranquilo o, si no está funcionando, elijo otro.

PLANES ANTIESTRÉS
  1. Escucha música que te tranquilice (por ejemplo, la que utilizamos nosotros en clase).
  2. Haz deporte. Corre, salta, nada, coge la bici, haz yoga o vé al gimnasio. Lo que sea que te exija de verdad. 
  3. Desahógate con alguien de confianza pero trata de ser coherente y no caer en el dramatismo. Escucha y da las gracias al final por "estar".
  4. Mastúrbate.
  5. Si la energía es exageradamente elevada, golpea, grita, prieta, lo que sea que no haga daño a nadie pero consiga liberar tu energía negativa.
  6. Aprovecha para limpiar o recoger con la música bien alta o cascos. Realizar tareas monótonas nos permiten relajarnos sin hacernos más daño a la vez que nos permite sentirnos un poco mejor.
  7. Ve a un sitio tranquilo, a ser posible, monte. Camina, respira hondo y, cuando estés preparado, reflexiona sobre que está pasando y por qué está pasando eso. Qué quiere decir. 
  8. Trata de reestructurar tus pensamientos. De cada situación complicada surgen oportunidades. Busca el lado positivo y se constructivo.
  9. Ponte canciones locas de gritar o bailar a tope. Nosotros tenemos preparadas listas de canciones para niños y adultos.
  10. Haz algo por alguien. Es una forma de distraernos y sentirnos bien. No arreglará nada pero si conseguirá que ese estrés se reduzca y nos encontremos mejor. Dona sangre, prepara una sorpresa a un amigo, toma un café con una persona que hace tiempo no vés...).

Estos u otros trucos pueden ayudarte a calmarte y empezar a sentirte mejor. Dependerá de tí y del origen del estrés usar uno u otro. Prueba hasta encontrar con el que te resulte eficaz.

Y recuerda que esto es algo paliativo, después nos quedará prevenir, es decir, tratar de buscar soluciones al origen de ese estrés para que no ocurra o se minimice.

QUIZÁ TE INTERESE...

miércoles, 5 de febrero de 2020

¿Qué hago con los deberes de mi hijo? Tarda muchísimo en terminar


Explicación: Los deberes pueden convertirse en nuestro Talón de Aquiles. Puede llegar a su la piedra que aparece cada día y por la que la relación con mi hijo se deteriora o debilita. 
En muchas ocasiones el menor ya está cansado. El colegio, las actividades extra escolares o el propio día le han vencido pero aún debe de hacer sus tareas para el día siguiente. Nuestra paciencia no siempre es la óptima en ese momento del día y a veces resulta complicado.
Unas veces son los distractores de su habitación o de su cabeza quienes disminuyen su rendimiento. Otras es la falta de motivación o una sensación de incapacidad la que le frustra y dificulta la tarea de terminar sus deberes.

Objetivo: Terminar "rápido" los deberes.

Estrategia: Os proponemos una dinámica para llevar a cabo cuando tengamos que hacer los deberes. Consistirá en seguir una serie de pasos para hacer que su tarea sea más programada y estructurada y que, además, encuentre motivaciones en una tarea en que, hasta ahora no parece encontrar.
  1. Utiliza un reloj de arena o un cronómetro. Pondremos tiempo a sus actividades y cuanto más concreto por asignatura, operación o actividad mejor. Favorecerá su concentración.
  2. Recurre a Post-its o carteles motivadores. Varíalo cada semana, escríbele un mensaje diferente y colócaselo delante cada día. Vamos a darle ánimo.
  3. Puntúale su esfuerzo, velocidad y cuidado, con notas. Por cada tarea o asignatura una nota diferente. Refuerza lo que hace bien.
  4. Recuerda, en la medida de lo posible, hacer los deberes antes de los premios o motivaciones de la tarde (salir a jugar, ir con amigos, etc.). Estará más descansado y sus ganas por acabar serán mayores.  
  5. Plantéale que acumulando puntos, como premio, conseguirá más minutos de juego. Tú sabes que cuanto antes termine tendrá más tiempo para jugar pero a él no lo ve tan sencillo. Plantearle un premio, un refuerzo positivo, lo motivará. Intenta estructurar muy bien los minutos de premio a los que equivalen los puntos. Cuanto más programado más justo y menos discusiones posteriores.
  6. Crea TRES PREMIOS ANIMALES que recibirá en función de su esfuerzo con los deberes. El Premio Lagartija lo recibirá cuando haga sus tareas rapidísimo: Puede ser un masaje, leer su cuento favorito o escuchar juntos su canción. El Premio Saltamontes será para días en que, aunque lo hemos tenido que hacer en diferentes momentos por su cansancio o por la cantidad, se ha esforzado: Podremos hacer la cena juntos, mimos extras o batalla de cosquillas. Y, finalmente, el Premio Tortuguilla, para días en los que la pereza ha causado estragos pero qué, aún más lento de lo acordado, ha acabado su tarea: Podremos darle un beso de fuerza, un beso de ánimo o recoger la mesa juntos.
Es probable que, poco a poco, su dinámica de trabajo vaya fluyendo y qué, el buen trabajo de hoy nos de y le de frutos en no demasiado tiempo. Implícate al principio y después deja que asuma responsabilidades después. 

Nota 1. Recomendamos leer el Capítulo XVI del libro Educar sin varita mágica que trata la falta de organización en los menores.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

¿Cómo dejo de repetirle todo tantas veces?

Repito a mi hijo 2000 veces las cosas y termino siempre chillando. ¿Qué hago?

Explicación: ¿Imagina que alguien te exige infinitas veces que hagas algo que no quieres hacer? ¿Qué emoción aparecería en ti? Muy probablemente te enfadarías, un poquito más cada vez que te lo volviesen a decir. Cada vez más terco, más ira y menos respetuoso. No solo no realizarías lo que te están pidiendo sino que responderías de mala forma.

Al igual que ocurriría con nosotros mismos, los adultos, repetir a los menores las indicaciones varias veces no va a conseguir que lo haga, ni nos va a respetar más ni va a ser más obediente, probablemente justo obtengamos lo contrario. Desde la primera vez ellos escuchan lo que decimos y saben responder adecuadamente, el problema es que no siempre quieren hacerlo, no les apetece o lo quieren posponer porque lo que hacen en ese momento es más interesante para ellos.

En algunas ocasiones cuando trasmitimos ordenes o damos pautas, los menores están tan ensimismados con lo que hacen que no nos escuchan. En esos momentos podemos acercarnos y directamente mirándoles a los ojos les damos las instrucciones que pretendíamos dar. Ellos te entienden, te escuchan y saben lo que tienen que hacer.

Pero, ¿qué ocurre si deciden no hacerlo? Cuando insistimos y repetimos todo mil veces, se cansan, se aburren, se irritan. Esto genera ansiedad e ira, emociones que van a dar lugar a consecuencias contraproducentes. Si repito cuatro veces cada orden, el niño se acostumbran a responder a la cuarta orden, si repito 2000 veces una indicación, hasta que llegue la vez 2000 no responderá.

Los menores aprenden por asociación, prueban y estiran todas sus posibilidades y cuando las conocen responden con forme a sus alternativas. Es una simple relación directa, peligrosa y de la que tenemos que estar muy atentos para no confundirnos.

Objetivo: Conseguir que mi hijo responda a mis indicaciones sin dar lugar a enfadarnos.

Estrategia:
  1. Analizo como me afecta a mí como padre que me repitan las ordenes. ¿Qué emoción sentirías?, ¿qué pensamientos aparecerían en mí?, ¿cómo reaccionaría si me ocurriese? Escribe la reflexión en un papel.
  2. Decido cuentas veces como máximo voy a repetir cada indicación. Recomendamos no superar las 3 veces.
  3. Pienso cuál o cuáles serán las consecuencias si no responde a la tercera orden. Recuerda que ha de ser una actividad que pierde como; bajamos 10 minutos más tarde al parque o una actividad extra no agradable como fregar la terraza.
  4. Hablo con mi hijo. Le hablo de la reflexión de forma que le transmita mi nueva forma de proceder desde esa misma conversación.

ALGUNAS PAUTAS
  • Le trasmito mis sentimientos. Le explico que estoy cansado de repetir mil veces cada instrucción. Le reconozco que soy un pesado, que es normal que se canse y que incluso es lógico que no me haga caso si sabe perfectamente que lo repetiré 2000 veces.
  • Empatizo. Le trasmito que entiendo perfectamente que se ponga nervioso y enfadado cuando no paro de repetir. Acepto que, a veces, está haciendo actividades mucho más interesantes que las instrucciones que le pido, le pongo ejemplos de situaciones en las que ocurre. “Se que cuando te llamo a cenar y estás jugando o whatsappeando te fastidia dejarlo y venir pero la cena se enfría. Yo me he esforzado para hacerla y todos te estamos esperando, no es justo para nosotros. ¿Lo entiendes verdad?”.
  • Alcanzo un acuerdo. Como padre te vas a responsabilizar de no repetir más de tres veces cada instrucción y vas a trasmitir a tu hijo que si a la tercera no responde directamente deberá respetar su consecuencia. Para que lo entienda le puedes poner ejemplos. “Hijo cuando te mande a lavar los dientes lo haré tres veces, si no respondes a la tercera, ya no repetiré una cuarta para no aburrirte y enfadarte pero deberás cumplir con la consecuencia que te diga en ese momento”.
  • Refuerzo. Puedes premiar que responda a la primera, todos sabemos que es un reto, pero es posible. Cada vez que cumpla la orden a la primera se la contamos. Juntos podéis establecer que cuando consiga x número de veces seguidas será premiado. Ejemplo: "Cuando consigas responder a la primera 5 veces tendrás 10 minutos de cosquillas o 15 minutos más para tu tiempo de ocio".