Mostrando entradas con la etiqueta Extinguir. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Extinguir. Mostrar todas las entradas

miércoles, 20 de noviembre de 2019

¿Cómo dejo de repetirle todo tantas veces?

Repito a mi hijo 2000 veces las cosas y termino siempre chillando. ¿Qué hago?

Explicación: ¿Imagina que alguien te exige infinitas veces que hagas algo que no quieres hacer? ¿Qué emoción aparecería en ti? Muy probablemente te enfadarías, un poquito más cada vez que te lo volviesen a decir. Cada vez más terco, más ira y menos respetuoso. No solo no realizarías lo que te están pidiendo sino que responderías de mala forma.

Al igual que ocurriría con nosotros mismos, los adultos, repetir a los menores las indicaciones varias veces no va a conseguir que lo haga, ni nos va a respetar más ni va a ser más obediente, probablemente justo obtengamos lo contrario. Desde la primera vez ellos escuchan lo que decimos y saben responder adecuadamente, el problema es que no siempre quieren hacerlo, no les apetece o lo quieren posponer porque lo que hacen en ese momento es más interesante para ellos.

En algunas ocasiones cuando trasmitimos ordenes o damos pautas, los menores están tan ensimismados con lo que hacen que no nos escuchan. En esos momentos podemos acercarnos y directamente mirándoles a los ojos les damos las instrucciones que pretendíamos dar. Ellos te entienden, te escuchan y saben lo que tienen que hacer.

Pero, ¿qué ocurre si deciden no hacerlo? Cuando insistimos y repetimos todo mil veces, se cansan, se aburren, se irritan. Esto genera ansiedad e ira, emociones que van a dar lugar a consecuencias contraproducentes. Si repito cuatro veces cada orden, el niño se acostumbran a responder a la cuarta orden, si repito 2000 veces una indicación, hasta que llegue la vez 2000 no responderá.

Los menores aprenden por asociación, prueban y estiran todas sus posibilidades y cuando las conocen responden con forme a sus alternativas. Es una simple relación directa, peligrosa y de la que tenemos que estar muy atentos para no confundirnos.

Objetivo: Conseguir que mi hijo responda a mis indicaciones sin dar lugar a enfadarnos.

Estrategia:
  1. Analizo como me afecta a mí como padre que me repitan las ordenes. ¿Qué emoción sentirías?, ¿qué pensamientos aparecerían en mí?, ¿cómo reaccionaría si me ocurriese? Escribe la reflexión en un papel.
  2. Decido cuentas veces como máximo voy a repetir cada indicación. Recomendamos no superar las 3 veces.
  3. Pienso cuál o cuáles serán las consecuencias si no responde a la tercera orden. Recuerda que ha de ser una actividad que pierde como; bajamos 10 minutos más tarde al parque o una actividad extra no agradable como fregar la terraza.
  4. Hablo con mi hijo. Le hablo de la reflexión de forma que le transmita mi nueva forma de proceder desde esa misma conversación.

ALGUNAS PAUTAS
  • Le trasmito mis sentimientos. Le explico que estoy cansado de repetir mil veces cada instrucción. Le reconozco que soy un pesado, que es normal que se canse y que incluso es lógico que no me haga caso si sabe perfectamente que lo repetiré 2000 veces.
  • Empatizo. Le trasmito que entiendo perfectamente que se ponga nervioso y enfadado cuando no paro de repetir. Acepto que, a veces, está haciendo actividades mucho más interesantes que las instrucciones que le pido, le pongo ejemplos de situaciones en las que ocurre. “Se que cuando te llamo a cenar y estás jugando o whatsappeando te fastidia dejarlo y venir pero la cena se enfría. Yo me he esforzado para hacerla y todos te estamos esperando, no es justo para nosotros. ¿Lo entiendes verdad?”.
  • Alcanzo un acuerdo. Como padre te vas a responsabilizar de no repetir más de tres veces cada instrucción y vas a trasmitir a tu hijo que si a la tercera no responde directamente deberá respetar su consecuencia. Para que lo entienda le puedes poner ejemplos. “Hijo cuando te mande a lavar los dientes lo haré tres veces, si no respondes a la tercera, ya no repetiré una cuarta para no aburrirte y enfadarte pero deberás cumplir con la consecuencia que te diga en ese momento”.
  • Refuerzo. Puedes premiar que responda a la primera, todos sabemos que es un reto, pero es posible. Cada vez que cumpla la orden a la primera se la contamos. Juntos podéis establecer que cuando consiga x número de veces seguidas será premiado. Ejemplo: "Cuando consigas responder a la primera 5 veces tendrás 10 minutos de cosquillas o 15 minutos más para tu tiempo de ocio". 

miércoles, 25 de septiembre de 2019

¿Cómo puedo motivar a mi alumno de infantil disruptivo?



Explicación. En ocasiones los niños no saben cómo encajar o llamar nuestra atención. No consiguen resultados positivos y se sienten frustrados ante la necesidad de ser valorados y atendidos.

Objetivo. Impedir que realice conductas negativas y motivarle a funcionar correctamente.

Estrategia. La primero que necesitamos hacer sería extinguir dichas conductas disruptivas, para ello práctica la “abeja” (ver Abeja en Educar sin varita mágica). Es muy importante que dichas conductas sean extinguidas por el profesor y, con las instrucciones pertinentes, también sus compañeros. Utilízalo con todos. Seguro que no es el único que realiza conductas erróneas.

De forma paralela, crea con él un personaje que le proporciones cierto protagonismo y confianza. En una cartulina podéis crear juntos un superhéroe. Ayúdale a buscar sus cualidades, con una nos vale, los superhéroes se bastan con un solo poder para dominar y salvar al mundo. Después hay que conseguir tener resultados y que sus compañeros los vean.
Ejemplo: Es capaz de dar abrazos mágicos, pinta super bien, puede hacer recados como un responsable, cuida de un compañero que necesita ayuda, defiende a sus compañeros. Imagina que su cualidad es que hace construcciones genial, vamos a crear un proyecto, un juego o dinámica un ratito al día en el que pueda destacar su habilidad.

Posteriormente juntos planificáis dos objetivos que ha de conseguir el superhéroe, y cada día u hora de clase evaluáis al principio juntos y posteriormente el solito, como está respondiendo el superhéroe. Según consiga o no sus objetivos, colocareis una estrella o pegatina en un lugar visible y que le haga sentirse orgulloso de sus avances. Ejemplo de objetivos: hablar sin decir palabrotas o decir la verdad.

Recuerda que los progresos han de ser muy festejados (reforzados). Cuanto más euforia demuestres por sus avances mayor probabilidad habrá de que se repita dicha conducta.