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miércoles, 19 de marzo de 2025

Contrato Laboral, una estrategia eficaz para las normas de casa | Consejos para padres


Poner normas no es nada fácil, como ya decíamos en la entrada anterior (ver Normas para casa). Existen múltiples formas de aplicarlas aunque lo más común son las economías de fichas (ver en libro Educar sin varita mágica). En esta ocasión os vamos a proponer una variante: el contrato laboral.

Edad: de 8 a 18 años (con las conseguidas adaptaciones según edades).
Objetivo: crear una dinámica que ayude a asumir las normas en casa de una forma consensuada y práctica.

¿Cómo utilizamos el contrato laboral en casa?
Tal y como ocurre con cualquier estrategia, si queremos que sea efectiva tiene que ser consensuada, pensada y firme. Quizá os resulte útil seguir estos pasos:

  1. Antes de hablar con el menor, plantea con tu pareja (si la tienes y colabora) que objetivos os planteáis en un principio. Empezar con cosas asequibles pero que motiven al menor será clave. Puede ser cosas como: ducharte solo, recoger tus juguetes, hacer la cama, poner la mesa.... 
  2. Plantearos que recompensas estáis dispuestos a asumir. El contrato plantea recompensas en céntimos. Sabemos que no es lo ideal pero es realmente efectivo. En el caso de chicos que ya tienen paga es un motivo formidable para ganársela; para quienes no queráis que haya dinero por medio (nosotros en clase así lo hacemos), ese dinero son puntos que se canjean por premios previamente estipulados.
  3. Una vez tengamos esta base clara toca diseñar y firmar el contrato. Juntaros todos, incluido el/los menor/es. Respetar el proceso sin interrupciones ni teles de fondo. Por ejemplo, las tardes-noches de los domingos son un momento perfecto.
  4. Darle la palabra y contad con ella. Se trata de construir algo positivo para todos y es necesario que se sienta participe. Quizá sea más ambicioso que vosotros o busque objetivos y retos propios. Dejadle que construya. 
  5. Negociad con él o ellos, sin traspasar las líneas rojas que ya habíais acordado. Buscad justicia.
  6. Recoged en el contrato laboral os acuerdos establecidos. ¡Firmadlo! Es la base de todo contrato y eso le hará entender (y nos hará entender a nosotros) que un contrato es para cumplirlo.
  7. Buscad que cada uno de los puntos esté en positivo. Es decir, mejor "Hablar bien" que "No decir tacos" o mejor "Ducharse cada día" o "No ser un cerdo".
  8. Colgarlo en un lugar accesible, por ejemplo, la puerta del frigo o en la pared de su habitación.
  9. Revisarlo y rellenarlo diariamente. Por ejemplo, justo antes de cenar. Dejad que lo haga él y simplemente aseguraros de que es objetivo (para bien y para mal).
  10. A lo largo de la semana reforzad los esfuerzos y, al final de la misma, cumplir vuestra parte de recompensas. 
  11. Periódicamente, según veáis que pierde eficacia, modificar los puntos a trabajar, ampliarlos, reducirlos según os parezca más útil. Lo mismo con las recompensas. 
  12. En el momento en el que uno de los objetivos se de por consolidado, es momento de eliminarlo de los objetivos del contrato y recompensar por ello. Lo ha conseguido y eso es el motivo y misión del contrato laboral, así que es momento de darnos la enhorabuena todos y celebrarlo.
  13. Ser consecuentes con las posibles pérdidas de refuerzos.

Contrato Laboral: el documento.
- Comienza con un apartado de datos iniciales:

  • Nombre del trabajador: el pequeño o pequeños.
  • Fecha de formalización: el día que se firma. Podría ser los domingos tarde-noche.
  • Nombre responsables de empleo y sueldo: vosotros, los padres o profes.


- Las normas a perseguir se ubican en las condiciones del contrato. Diferencia entre tres categorías, aunque se pueden mezclar o eliminar según vuestras necesidades. Son las siguientes:

  1. Normas a cumplir. Se trata de nuestros objetivos reales para la/s semana/s. Esa norma que queremos empezar a implantar y que creemos que puede ser positiva para todos. Algo que no hayamos conseguido hasta ahora y creemos que es el momento. Puede ser recoger su plato al acabar de comer; leer antes de dormir o recoger sus juguetes cuando acabe de jugar. Son el objetivo principal del contrato y la única de las categorías que siempre debemos cumplimentar.
  2. Obligaciones. Normas básicas. Son líneas rojas de nuestra convivencia. Puede ser desde "Hablar en buen tono" o "Tratar bien a tus hermanos" a "Lavarse los dientes".
  3. Responsabilidades. Colaboraciones. Se trata de actividades en las que busquemos la implicación del menor sin ser cosas que creamos absolutamente necesarias. Es algo así como "cosas que hace un hijo modelo". Puede ser comprar el pan, bajar a pasear a nuestro perro o bajar la basura. Siempre dependerá de nuestros objetivos. Para algunos una actividad concreta puede ser una obligación, mientras que en otra casa sea una responsabilidad.

- La parte de Requisitos Económicos es muy útil para darle credibilidad al contrato. Permite establecer un tope de puntos, algo que resulta muy útil cuando hemos decidido una línea roja de paga, por ejemplo.

- El contrato, en su dorso, ofrece una opción de "Incentivos extraordinarios". Es una parte que nos permite más libertad, tanto a él como a nosotros. Por ejemplo, el puede sugerir que, sin ser su obligación, le apetece un día haceros el desayuno. Es su decisión y es genial. Simplemente valoraremos los puntos que tal actividad merece (Apartado de Actividades Extra Acordadas). Aún más interesante. Imaginemos que un día, sin haber hablado nada del contrato, hemos visto a nuestro hijo ayudar a un niño que se ha caído en el parque o ha decidido hacer una actividad extra en el cole. Esa conducta merece un refuerzo enorme y, si lo consideramos pertinente, esa misma noche, mientras rellenamos el contrato del día, le diremos que eso que ha hecho bien merece unos puntos extra. Los escribís, lo valoráis y le dais la enhorabuena por la iniciativa (Apartado de Actividades Extra No Acordadas).


- Firmad el contrato todas las partes. Es absolutamente importante para ellos y os ayudará a todos a entender que es algo a cumplir. ¡A todos!

Se trata de una estrategia sencilla y tremendamente eficaz. Descargad el documento en pdf y sentiros libres de usarlo, imprimirlo y compartirlo cuanto queráis. Es vuestro.



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miércoles, 17 de octubre de 2018

Normas para casa | Consejos para padres

Conseguir que las normas en casa funcionen es una tarea que nos da infinidad de dolores de cabeza. Lo que es peor, acabamos tan cansados y desesperados, que nos damos por vencidos y aparece el caos en nuestra vida.
Poner normas en casa en algo necesario y muy positivo. Todos tenemos normas en nuestra vida y enseñar a los más pequeños que ellos también las tienen, les va a ayudar a asumir esas normas en un entorno protegido y evitar de esta forma aprenderlas fuera, sin control ni nuestro amparo.

Hay varios puntos importantes que son muy aconsejables para establecer normas:
  1. Sé claro. Cuanto más mejor. Si puedes especificar el tiempo extra en el parque con minutos, será mucho mejor y menos polémico que "nos quedaremos más rato". 
  2. Sé consecuente. Piensa las normas, los premios y consecuencias, bien antes de ponerlas. Piénsalas en equipo (ver la importancia del equipo). Una vez puestas vamos a respetarlas.
  3. Sé justo. Tanto en lo bueno como en lo malo. Cumple con lo dicho si quieres que él o ella haga lo mismo.
  4. Sé proporcionado. No permitas que tu impulsividad te haga equivocarte. Reflexiona antes de hablar. Recurre a los mississipis si hace falta. Si te has equivocado, recula y pide perdón.
  5. Sé detallista. Refuerza sus avances, sus esfuerzos y, cuando de verdad lo merezca, sácate premios de la manga.


A los chicos les da mucha seguridad sentir que esas normas están claras. Les hace sentir bien saber que se cumplen y respetan. Saber que las cosas están claras y está en su mano conseguir cosas. Uno de nuestros alumnos nos decía que su padre no le quiere porque no le pone normas. Exagerado o no, nos para paradigmático de lo que sienten. Su vida es un pequeño caos de inseguridad e incertidumbre. Las normas claras son algo así como unas gafas para su miopía.

Existe un sinfín de formas de objetivar este proceso y ayudarles a asumirlo. La semana que viene os ofrecemos una que es absolutamente recomendable por su claridad y eficacia: el contrato laboral. Pero, cualquier método vale y el mejor de todos es el que a vosotros os funcione en casa. Una vez que lo elijáis os recomendamos que sigáis los siguientes pasos de elaboración:
  1. Habla con tu pareja (si la tienes y colabora) sobre los objetivos que os parecen prioritarios, las recompensas que estáis dispuestos a ofrecer y el momento a comenzar.
  2. Juntaros todos, incluido el/los menor/es. Respetar el proceso sin interrupciones ni teles de fondo.
  3. Darle la palabra y contad con ella. Se trata de construir algo positivo para todos y es necesario que se sienta participe.
  4. Negociad con él o ellos, sin traspasar las líneas rojas que ya habíais acordado. Buscad justicia.
  5. Elaborar un documento en el que se formalice, de forma clara, los acuerdos establecidos.
  6. Colgarlo en un lugar visible.
  7. Revisarlo diariamente. Por ejemplo, justo antes de cenar. Dejad que lo haga él y simplemente aseguraros de que es objetivo (para bien y para mal).
  8. Periódicamente, según veáis que pierde eficacia, modificar los puntos a trabajar o las recompensas a obtener.
  9. Reforzar sus esfuerzos y ser consecuentes con las posibles pérdidas de refuerzos.


Escribidnos vuestras ideas, cómo lo habéis hecho, si ha sido eficaz... a por ello!

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