No cabe duda de qué cada hijo, cada humano, somos un mundo. Tampoco es difícil asumir qué la adolescencia es una etapa muy complicada tanto para el propio joven como para su entorno. Aún con ello mejorar la comunicación con mi hijo adolescente puede tener una serie de estrategias que suelen resultar efectivas a la mayoría de padres. Vamos a buscarlas!
Explicación: Hablar con los adolescentes puede ser una tarea ardua. Para nosotros los adultos, comunicarnos de forma asertiva y efectiva con el menor puede parecer un reto casi imposible en ciertos momentos, una lucha casi perdida de antemano.
Para ellos, los adolescentes, hablar con determinados adultos resulta sufrir una injusticia continúa. Sienten una necesidad incontrolada de ser atendidos pero, a la vez, un deseo enorme de vivir "a su aire", de tener libertad pero sentirse seguros, de incumplir normas pero tener límites. Ser adolescente es muy complicado. Es una lucha a contra corriente, una pelea doble: la primera contra ti, la segunda contra los demás.
Empatizar con ese enfrentamiento continuo es realmente difícil pero no sólo para el adulto, la mayoría de ocasiones ni siquiera el propio adolescente es capaz de hacerlo. Está conociéndose, asumiendo cambios, adaptándose a un mundo que aún no logra gestionar, buscando referencias y límites, explorando lo hasta ahora no explorado.
Objetivo: Poder hablar con mi hijo de forma asertiva.
Estrategia: Vamos a intentar empatizar con nuestro hijo, para ello escucha 3 de sus canciones favoritas. Mientras las escuchas intenta pensar y sentir como él. Ahora busca tres canciones, pero esta vez de tu propia adolescencia y, mientras lo haces, recuerda un momento que te resultó difícil, otro que fue divertido y, un tercer momento, en el que te equivocaste por completo en esa época. Saca 3 conclusiones. Una de cada una de esas tres situaciones. Ya estás más cerca de él por muy lejos que aún te sientas.
Lo siguiente que haremos no es fácil pero debemos confiar. Vamos a escribir una carta a nuestro hijo. Le vamos a contar cómo nos sentíamos en esta etapa de nuestra vida, las conclusiones que acabamos de obtener y cómo creemos que se sentían el resto de personas con nosotros cuando eramos adolescentes.
Este mensaje, la carta que acabo de escribir, va a hacer que mi hijo me sienta más cerca, no importa que no responda, que no te diga nada de la carta, tu déjasela cerca, la leerá.
A partir de aquí, lee sus libros, escucha sus canciones, ve sus videos, imprégnate de sus cosas... Quizá no resolvamos todas vuestras dificultades, posiblemente notemos que avanzamos poco, pero el primer paso es demostrar actitud y empatía. Vais a comenzar a responder muchas de vuestras preguntas y juntos empezaréis a encontrar algunas respuestas.
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