miércoles, 17 de junio de 2020

8 consejos para un verano feliz


Llega el verano y con él el tiempo libre, los viajes, la piscina o los helados. Pero no llega solo, también le acompañan los cambios de rutina, muchísimas horas con nuestros hijos, el calor y, a veces, los problemas familiares.
Las vacaciones generan unas enorme expectativas que, si no las gestionamos bien, no siempre se cumplen como deseamos. No obstante, agosto es por algo el mes con mayores estadísticas de divorcios y separaciones. Estas figuras legales no valen entre padres e hijos pero dejan claro las tensiones que se pueden generar en esta época del año.

¿Empiezo a temblar entonces?
Por supuesto que no. Prepara el bañador, la toalla y los mejores planes que se te ocurran. Pero no olvides meter en la mochila algunas estrategias que te permitirán, no solo sobrevivir al verano, sino disfrutarlo como todos merecéis. Sí, decimos todos, no solo los pequeños.

8 consejos que podrías aplicar a vuestro verano
1. Nuestros hijos están de vacaciones. Trata de organizar su verano de forma que combine las actividades entretenidas con la tranquilidad. Durante el año están sometidos a mucho estrés de clases, extraescolares, deberes... así que no le busques actividades, campamentos o excursiones para cada día, especialmente en los niños de infantil y primeros años de primaria. Busca tiempo de calidad con ellos. Respirad. Permite que se aburra y use su imaginación para entretenerse.

2. Las mañanas son clave. Es el momento de la rutina, los quehaceres y el trabajo (si es necesario). Sin necesidad de grandes madrugones, dormir en exceso tampoco es positivo. Deja que la luna de la mañana despierte a tu hijo (no bajes del todo la persiana), desayunad juntos, aprovechad para diseñar el día y, una vez acabado, toca seguir nuestro plan de trabajo. Depende de la edad podemos hablar de hacer la cama, asearse, leer, trabajar las recuperaciones de septiembre o ayudar con la limpieza doméstica. Cualquier cosa. En el libro, Educar sin varita mágica, os sugeríamos seguir una Economía de Fichas, tremendamente útil para estos menesteres. Pretender que realicen estas rutinas después del parque, la playa o la piscina es ingenuo y doloroso para todos, así que organizar para luego no lamentar.

3. Las noches también lo son. Es normal acostarse un poco más tarde pero es bueno recordar que las rutinas les suelen dar tranquilidad y les hacen sentir más seguros. Estar atentos a la hora de cenar e ir a la cama es importante. Por supuesto un día es un día, así que coge una manta y en cualquier noche de lluvia de estrellas huir a un sitio oscuro y tranquilo y disfrutad de esa magia sin mirar el reloj.

4. Preparad planes especiales, no necesariamente grandes. Hacer un bizcocho, visitar a ese amigo de la familia, viajar, ver una lluvia de estrellas, ir a unas pozas, hacer una marcha nocturna... hay tantos planes posibles como días. Elegid cada vez uno, lo más consensuado posible. Todos tenemos derecho a plantear nuestra opción.

5. Socializa más, digitaliza menos. Facilita que queden con amigos, se reuna, prepare planes con gente. Pocas cosas son mejores para ellos así que pónselo fácil. Por contra, el exceso de tiempo con pantallas, consolas, tablets o móviles será una pequeña derrota para todos.

6. Naturaliza a tu hijo. Tanto si somos urbanitas como si somos de un pueblo a nuestro hijo es más que probable que no le sobre tiempo en la naturaleza. Busca excursiones, paseos, actividades que lo lleven a explorar su entorno. Dormirá mejor, es más sano, más estimulante y se sentirá más feliz. ¿Cuántas veces tras una excursión has vuelto pensando, pero por qué no vamos más con lo bien que estamos? Pues eso, ¡vamos para el monte cual cabras!

7. Usa (pero no abusa) de abuelos, amigos o compañeros. Cambiar de entorno, buscar combinaciones, organizarnos para llevarnos a varios de los amigos de nuestros hijos para que ellos disfruten a tope mientras que el resto de padres tengan tiempo para ellos. Hay miles de opciones solo hay que querer buscarlas.

8. 1+1+1. Algunos padres nos comentan que no saben como equilibrar su tiempo con el de sus hijos. Ahí va nuestra sugerencia: el 1+1+1. Consiste en tratar de repartir el tiempo de nuestros hijos es tres partes bien diferenciadas. Una de ellas serán planes organizados y estructurados. Esa parte es cuadriculada pero necesaria para sentirnos bien todos. Los pequeños están acostumbrados a horarios y rutinas y el verano puede desestabilizarlos un poco. La segunda parte será para innovar e improvisar. Hacer tonterías con nuestros hijos es una idea genial que solemos pasar por alto. Buscad planes de último momento, dejaros llevar. La tercera y última parte es más individual. Se trata de tener un tiempo para cada uno. Tanto él como nosotros necesitamos nuestro tiempo de tranquilidad, cuidado personal y hacer "nuestras cosas". Deja que piense, juego con lo primero que encuentre y disfrute de él mismo y su propia imaginación. Es un tesoro con el que no siempre dejamos que disfruten.
Por supuesto no es necesario que cada parte se reparta equitativamente y mucho menos cada día por igual, pero si que es plantea un equilibrio positivo para todos.

Sigue estos consejos, modifícalos, dadles vuestro toque personal o invéntate otros. Todo vale si es con buena intención y ganas de hacerlo bien.

¡Feliz verano a todos y todas de Educar sin varita mágica!

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