miércoles, 27 de febrero de 2019

¿Cómo se sienten las emociones?























No hace falta insistir en que las emociones son esenciales en nuestra vida. Ellas nos han hecho sobrevivir hasta hoy. Nos han permitido protegernos de las fieras, sobrevivir a enfermedades, recuperarnos de enfermedades o socializarnos. Pero, más allá de su importancia evolutiva, las emociones nos guían en el día a día: tanto a la felicidad como al colapso.

En Educar sin varita mágica (puedes encargar el libro desde aquí o encontrarlo en librerías) hablamos de la importancia de saber controlarlas como adultos y cómo ayudar a los pequeños a gestionarlas a través de estrategias y pautas sencillas. Por supuesto no podemos ser tan específicos y concretos en esta entrada pero si queríamos hablar de algo que suele ayudarnos (y ayudarles) a conocer mejor su cuerpo y a como le afectan las diferentes emociones.

El mapa corporal mostrado en la imagen anterior refleja los resultados de un interesante trabajo que realizó un mapeo de la actividad que generan diversas emociones sobre el cuerpo. En colores rojos y, sobretodo, amarillos y blancos, aparecen las zonas que se activan en cada emoción en concreto. En negro aparecen las zonas no afectadas. En azules las zonas a las que parece no llegar la sangre en cada emoción, que parece que se mueren.

Analizar estas sensaciones, más allá del carácter científico del trabajo, y tomar conciencia de como afectan a nuestro cuerpo es de enorme interés. Cada emoción activa o inhibe la actividad de partes concretas de nuestro cuerpo. Eso no solo nos prepara para su gestión sino que nos ofrece una información muy valiosa para nuestro autoconocimiento. Si percibo sensaciones en mi cuerpo que asocio a emociones, es muy probable que detecte la emoción de forma inmediata y, por lo tanto, tenga más tiempo y conciencia para gestionarla de forma correcta.  

Para trabajar en casa o en clase
Aunque pueda parecer muy complicado, basta con pensar un poco y es probable que podamos adivinar, al menos en parte, cómo se activan o desactivan ciertas partes de nuestro cuerpo ante esas emociones concretas. ¿Cómo prioriza mi cuerpo ante la ira?, ¿dónde enviará más sangre ante un peligro?, ¿cómo fluctuará la actividad en momentos de tristeza?

Es un juego muy curioso y, aunque no siempre encontremos respuestas claras, nos permite divertirnos y reflexionar. Por ejemplo: ¿Cómo notas tu cuerpo cuando estás triste?, ¿no parece que te quedas sin energía? o ¿te has fijado que cuando entramos en cólera nos dan ganas de dar puñetazos? o ¿por qué crees que nuestro cuerpo activa nuestro estómago y nos hace vomitar ante algo que nos produce asco?

Mediante estas u otras preguntas podemos analizar y descubrir como reacciona nuestro cuerpo y entender desde como ha llegado el ser humano hasta nuestros días hasta como funciona mi propio cuerpo hoy.


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